* * *

* * *
Este es sin duda un blog
de alta calidad...

58: tal vez...



Esta publicación fue escrita varios días, así que hay un montón de cambios de vista y demás, no es de sorprender que termine contradiciéndome más de una vez, y demás sin sentido, pero como dejaba a medias las cosas, al día siguiente apenas recordaba de lo que escribía.

Bien, si bien he estado faltando a clases con tanta frecuencia que apenas recuerdo la última clase que tomé. Así que seguramente he debido de estar haciendo algo lo suficientemente interesante, no mucho la verdad. Martes falté deliberadamente y pasé la tarde, durmiendo si no me equivoco.

Miércoles se supone asistiría pero la pereza pudo más, con determinación a asistir a la segunda clase, salí de casa, llegué tarde y si podía entrar con varios minutos de retraso preferí pasear por las calles encontrando qué hacer. Por cierto, miércoles 21 de junio, inicio del nuevo ciclo anual, marcado por el solticio de invierno, un día predilecto para iniciar de nuevo. Tenía planeado cortarme el pelo, pero ya que había estado buscando trabajo para mis horas libres, y es que no podría tener un horario más molesto, demasiado tiempo libre y sin tiempo para nada (mal distribuido). Tenía una entrevista de trabajo si pudiese llamarse así, no salió bien, como era de esperarse. Y así tenemos mi tercer intento por tener ingresos económicos propios, me sigo diciendo que conseguiré alguno que se ajuste a mis necesidades. Claro que sí.

Al salir, con algo de descontento, pensé en ir a esa charla en la que se hablaba de estudios en Francia, tenía planeado ir hace una semana pero por la inservible entrevista solo llegué al final, con desanimo fui al paradero pensando en lo ocurrido. El trabajo era un engaño pero es bueno pude safarme sin mayores complicaciones. Cuando estaba de camino al lugar de la charla, pasé por una picaronería, una señora ofreciendo con una interesante sonrisa. Como estos últimos meses solo me he estado guiando por impulsos, así lo hice y pregunté sobre el precio, me pareció demasiado caro y seguramente mi expresión fue la de inseguridad, pues al instante me dijo: "No importa ¿De cuánto quieres?". Con algo de confusión, no acostumbro a que las cosas pasen tan rápida y fluidamente, me llevé un plato de tres picarones a una banca del parque y comencé a comer con un nudo en la garganta. Puede que desde hace mucho no había presenciado tal amabilidad.

Jueves, nuevamente falté, seguramente por lo mismo de siempre, salir tarde de casa y simplemente tratando de pasar el tiempo hasta salir. Subí al carro y no bajé, conocí la ruta completa, tardó más de lo que pensaba. Al bajar fui una conferencia que recordaba haber visto de pasada, entré al lugar, no sabía el tema en cuestión, pero fue una interesante experiencia de todas formas. Música intelectiva y sus efectos e importancia. Me dí cuenta de lo ocupada que está siempre la gente, gente sube y baja del carro, sentados o parados sin moverse, con audífonos para pretender que hacen algo y no ser consumidos en sus pensamientos, otros con la mirada a la pantalla del celular lanzan sonrisas de vez en cuando al ver algún meme de mal gusto. Me pregunto si se percatan que pasan gran parte de su vida haciendo nada, anestesiados por el entretenimiento frívolo, me pregunto desde cuando tengo pasar más de tres horas para movilizarme. Hace ya un tiempo llegué a la conclusión de que no em gusta las ciudades grandes, y mucho menos los automóviles; pero allí estaba en un carro transportándome en una ciudad "grande", con la mirada fija en la nada y evitando mis pensamientos que seguramente terminarían por golpearme en el pecho y dificultarme la respiración. Algo interesante pasó en la conferencia, en la sección de preguntas me dije: "Solo se vive una vez" y lancé una pregunta aleatoria, hace mucho que no hablaba y al parecer apenas se me escuchó, repetí varias veces tratando de subir el volumen, al final terminé levantándome y decirle directamente al presentador. Parece que aún no lidio bien con atención.


No recuerdo cuando fue, pero un día pasé por librerías y finalmente compré un cuaderno para bocetos, así todo para iniciar con el pasatiempo olvidado y de descubrirme. Busqué una escuela de peluquería y finalmente pedí un corte de cabello, como compromiso. Poco he hecho desde entonces.

Viernes uno bastante interesante y memorable sobretodo, aunque hice poco. Hace ya varias semanas que no me siento bien ni siquiera en casa, algo contradictorio porque de todas formas sigo refugiándome allí. Cada vez me vuelvo más torpe cuando trato de comunicarme, siempre digo lo incorrecto o de la forma incorrecta, mis habilidades de convivencia no podrían estar peor. Discusiones o más bien regaños constantes, hacen que la desesperanza se haga mayor, es mejor callar y fingir demencia. Salí de casa, fue la primera vez que con poca anticipación falté a clases.

La Fiesta de la Música, desde que comencé a buscar en eventos culturales de ingreso libre, decidí que iría. Antes pensaba ir luego de salir de clases, pero mi vacío era tanto que sabía que no soportaría un viaje largo, escuchar palabras que no entendería y sentir que el tiempo pasaba a una velocidad irreconocible. Bajé del carro donde creí estaría cerca el escenario, caminé sin rumbo hasta que escuché un sólo de guitarra, me guié por el sonido y llegué. Conocí un nuevo lugar y solo miré al escenario y disfruté. Un día extraño sobremanera, subí al escenario y gané una beca, me alegra para entonces aún no había demasiadas personas. Aún más extraño gané por primera vez un sorteo, me invadió el júbilo y sin darme cuenta el alboroto y muchedumbre no me afectaron en absoluto, algo que recién me percaté al tratar de regresar a mi lugar después de recibir el premio. Personas moviéndose al ritmo de una melodía tranquilizadora y que daba un poco de vitalidad, finalmente pude sentirme en paz y olvidarme de mis demonios por un momento.

Fuera de casa a altas horas de la noche, por primera vez, no sentía culpa ni el estomago encogido. Se imaginarán lo que desencadenó tal imprudencia, pero apenas me importaba, debería.

No hay comentarios.: